La producción de carinata en Argentina es una respuesta a la demanda mundial de energías sostenibles y a la necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles en el sector de la aviación. No obstante, el cultivo presenta desafíos, como la necesidad de condiciones específicas de suelo y clima para alcanzar rendimientos óptimos y un manejo adecuado de la densidad y control de malezas. Sin embargo, el esfuerzo de adaptación y manejo puede traducirse en beneficios ambientales significativos, y en un ingreso rentable para los productores que cumplan con las exigencias de sustentabilidad de la certificación RSB. “Brassica carinata no solo ubica al país como actor clave en la producción de biocombustibles, sino que contribuye a la sustentabilidad y diversificación de los sistemas agrícolas nacionales, asegurando un futuro más verde para la agricultura y el ambiente”, dijo Sergio Casen, responsable del desarrollo de cultivos energéticos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres.